Una preocupación común para quienes padecen hiperhidrosis es si es perjudicial para su salud. Se preguntan si el exceso de sudor causará problemas en otras partes del cuerpo o si se agravará. Esta publicación profundizará en los peligros percibidos de la hiperhidrosis y cómo quienes la padecen pueden asegurarse de que siga siendo controlable.
¿La hiperhidrosis es perjudicial para la salud?
Si padece hiperhidrosis focal primaria (de causa desconocida), la respuesta es: "no, la sudoración excesiva no representa un peligro ni una emergencia médica". La hiperhidrosis secundaria es menos común y un síntoma de afecciones graves como cardiopatías, hipertiroidismo, enfermedad de Parkinson y obesidad. Sin embargo, la sudoración en sí no representa una amenaza para la salud; el problema subyacente es la causa subyacente.
La sudoración excesiva puede provocar pérdida de magnesio, pero no existen investigaciones que sugieran que quienes padecen hiperhidrosis corran peligro debido a esto. Lo más tranquilizador es que la deficiencia de magnesio se puede abordar con dieta y suplementos.
Entonces, ¿la hiperhidrosis es realmente grave?
Es cierto que la hiperhidrosis no es directamente dañina, pero sí es grave. Es "mala", por decirlo de alguna manera, porque supone una alteración importante en la vida y puede limitar el disfrute de las actividades cotidianas. El sudor puede dificultar la interacción con los demás debido a la percepción que tienen de una persona sudorosa. También puede hacer que las tareas cotidianas sean más pesadas. Por lo tanto, es lo suficientemente grave como para justificar un tratamiento. Dicho esto, la hiperhidrosis puede tener efectos físicos secundarios si no se trata adecuadamente.
Complicaciones cutáneas de la hiperhidrosis primaria y secundaria
Desde el punto de vista físico, la hiperhidrosis, en su forma más grave, es incómoda. Sin embargo, la sudoración excesiva, muy intensa y persistente, puede alterar negativamente la textura de la piel. Estos cambios en la textura de la piel pueden provocar complicaciones que requieren tratamiento médico.
Entre ellos se incluyen:
En la mayoría de los casos, estas afecciones se pueden tratar fácilmente con intervenciones sencillas, como medicamentos tópicos.
Participación limitada en actividades y oportunidades comunes
La hiperhidrosis también puede afectar tu rutina diaria y hacer que tareas que otros dan por sentadas se vuelvan pesadas. Conducir puede ser exasperante por tener el volante empapado, y usar ciertas herramientas mecánicas puede ser un desafío, ya que las manos mojadas no las sujetan fácilmente.
En el ámbito profesional, la hiperhidrosis puede generar inseguridad en las reuniones y hacer que uno se sienta incómodo al dar presentaciones o tratar con clientes debido a apretones de manos sudorosos y camisas mojadas.
A menudo existe una tendencia a reprimirse y evitar oportunidades que podrían derivar en ascensos, y quien la padece puede aislarse en las reuniones de la empresa. Todas estas conductas compensatorias pueden tener efectos negativos en la carrera profesional y las relaciones laborales .
Efectos psicológicos de la hiperhidrosis no tratada
La pesadilla de quienes sufren hiperhidrosis son sus efectos psicológicos. Años de burlas, aislamiento e incluso apatía pueden dañar gravemente su autoestima. Si pasan años sin disfrutar de cosas como citas, ascensos laborales o simplemente interacciones normales con los demás, pueden sentirse indignos. Huelga decir que sentirse constantemente excluido o fuera de lugar puede provocar ansiedad y depresión en quienes son más propensos a padecerla.
¿Puede la hiperhidrosis clasificarse como una discapacidad?
Cuando alguna de las complicaciones mencionadas (o una combinación de ellas) te frena, entonces sí, la hiperhidrosis se vuelve muy incapacitante. Sin embargo, no suele registrarse ni clasificarse como una discapacidad legítima. Es una lástima, porque cualquiera que haya padecido esta afección, especialmente la hiperhidrosis primaria, sabe que es aislante, persistente y limitante: sentimientos que acompañan a la mayoría de las discapacidades.
Solicitar prestaciones por discapacidad como paciente de hiperhidrosis es complicado, ya que la afección aún no se comprende bien y, lamentablemente, no se considera una enfermedad que merezca apoyo gubernamental. Irónicamente, sus secuelas, es decir, las repercusiones en la salud mental, pueden ser lo suficientemente discapacitantes como para que la persona afectada requiera asistencia gubernamental.
No es mortal, pero es lo suficientemente dañino como para requerir tratamiento.
La hiperhidrosis no es perjudicial para la salud de inmediato. En el peor de los casos, podrías desarrollar alguna afección cutánea leve si te enfrentas a un caso grave o extremo, pero estas afecciones son muy fáciles de tratar. El verdadero coste de la hiperhidrosis son sus efectos sociales y psicológicos. Sin embargo, puedes prevenir estas consecuencias esforzándote por controlar la sudoración.
Familiarícese con el protocolo de tratamiento para la hiperhidrosis . Esto le ayudará a comprender las diversas opciones disponibles para tratar esta afección. Además, tome medidas prácticas para controlarla, como usar telas resistentes al sudor para absorber el exceso de sudor. Asegúrese también de ajustar su dieta, ya que ciertos alimentos y bebidas pueden agravar los síntomas.
Se necesita algo de tiempo y esfuerzo para dominar la hiperhidrosis, pero aun así los resultados valen la pena.
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