Cuando parece que eres el único en tu círculo o en la oficina que lidia con la hiperhidrosis, quizás necesites un pequeño empujón. Leer historias inspiradoras de personas que han superado esta afección puede darte ese ánimo que tanto necesitas. Superar la hiperhidrosis no significa que la hayan curado, sino que las tres personas que presentamos hoy han aprendido a manejarla para que ya no les frene.
Jake
Jake Tansanco, quien vivió en Filipinas hasta los 25 años, notó por primera vez que le sudaban las palmas de las manos en quinto grado. Jugaba pulseadas con sus amigos y estos le preguntaban con frecuencia: "Oye, Jake, ¿por qué te suda tanto la mano?".
Tenía dificultades para tomar notas porque la hoja de papel estaba empapada de sudor y le costaba sujetar el lápiz. Tras darse cuenta de que su condición no era la habitual, consultó a su médico y a su padre. Ambos le dijeron que no había de qué preocuparse y que se curaría. No fue así.
Durante años tuvo que lidiar con sábanas empapadas, calcetines y zapatos mojados, y sudar inmediatamente después de ducharse. Conducir era doloroso porque el volante resbalaba por el sudor, y trabajar era frustrante porque el teclado y el ratón estaban mojados.
Hablando de trabajo, admitió que lo más difícil era dar presentaciones y conocer gente nueva. ¿Por qué? Porque estrechar la mano lo ponía nervioso y le daba vergüenza ajena por el sudor en las palmas. También padecía hiperhidrosis axilar (sudoración axilar) e hiperhidrosis plantar (sudoración en los pies). Esto también afectó su vida personal, ya que le resultaba difícil salir con alguien por su timidez.
Por suerte, la situación cambió para Jake cuando decidió investigar su condición. Encontró el sitio web de la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis y comenzó a leer más sobre la enfermedad. Tras años de recibir poca ayuda y ninguna respuesta, su persistencia finalmente dio sus frutos.
Jake sopesó sus opciones de tratamiento. Descartó el bótox porque era demasiado caro para él y su seguro no lo cubría. La cirugía también quedó descartada debido a sus preocupaciones sobre el procedimiento. Se decidió por un tratamiento llamado miraDry® , un dispositivo portátil no invasivo que utiliza energía electromagnética para reducir la sudoración excesiva, especialmente en las axilas.
Después de un par de procedimientos con miraDry, Jake dejó de sudar, con solo una ligera hinchazón como efecto secundario. Jake también usa camisetas impermeables para mantenerse seco. No está completamente libre de sudor, pero ahora controla mucho mejor su condición.
Conclusiones de la historia de Jake
- Si la hiperhidrosis está afectando tu vida, no la descartes como algo que es solo parte de ti: se puede tratar.
- La hiperhidrosis no tratada afectará su confianza en sí mismo en el trabajo y en su vida personal, pero tratarla restaurará su confianza.
- Existen muchas opciones de tratamiento: algunas funcionarán para usted mientras que otras no, por lo que puede ser necesario tener paciencia para encontrar la adecuada.
Wendy
Desde sus primeros días en la primaria, Wendy sufrió las consecuencias negativas de la hiperhidrosis palmar, plantar y axilar. Describió que sus pies estaban constantemente empapados y sus axilas, "sumamente sudorosas".
Ella continuaría su exitosa carrera como maestra, pero reconoció que la humedad constante que revoloteaba sobre sus manos, pies y axilas detenía el desafío y sabía que era frustrante para ella.
Wendy solo ansiaba un apretón de manos seco antes de una entrevista, sobre todo porque buscaba un puesto de subdirectora. Imagínense lo estresante que era para ella desear este puesto, pero temer tener que estrechar la mano a otros por el sudor.
La vida de Wendy cambió para siempre el jueves 8 de julio de 2004, cuando apareció en el programa Good Morning America de la cadena ABC para recibir tratamientos contra la hiperhidrosis ante millones de espectadores. En una entrevista con la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis, Wendy declaró:
Nunca pensé que mi hiperhidrosis me llevaría a la televisión nacional. Lo máximo que esperaba era un médico que me dijera: "Oye, de hecho hay un tratamiento para ti y podrás llevar una vida seminormal".
Recibió dos tratamientos en directo: inyecciones de bótox para la hiperhidrosis axilar e iontoforesis para la hiperhidrosis palmar. El Dr. David Pariser, miembro fundador de la junta directiva de la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis, administró los tratamientos.
¿Cuáles fueron los resultados? Las axilas de Wendy quedaron completamente secas después del tratamiento y la sudoración excesiva en manos y pies mejoró gradualmente.
Wendy tuvo algunas palabras de aliento para sus compañeros que sufren de hiperhidrosis diciendo:
“…a no darse por vencido, a ser perseverantes y a encontrar un médico que crea en ellos y les ayude”.
También exhortó a los médicos a “...escuchar a los pacientes que tienen frente a ellos... hay personas que necesitan tratamiento y compasión”.
Conclusiones de la historia de Wendy
- La sudoración excesiva no tiene por qué impedirte alcanzar tus objetivos, especialmente cuando se gestiona adecuadamente.
- Diferentes áreas problemáticas probablemente requerirán diferentes tratamientos
- Diferentes áreas problemáticas responderán a diferentes tratamientos más rápido y mejor que otras.
Ricardo
Richard Bellis escribió un relato personal sobre su lucha contra la hiperhidrosis admitiendo que "ha sido una batalla feroz desde que tengo memoria".
Tiene recuerdos dolorosos de la escuela, donde lo molestaban y lo acosaban por su sudoración excesiva. Cita un ejemplo en una clase de ingeniería de secundaria, donde los niños le ponían sensores caseros en las manos solo para ver la luz, algo que le ocurrió debido al exceso de sudor en sus manos.
Richard dijo que minimiza el contacto con la gente tanto como le es posible, evitando apretones de manos, choques de manos, abrazos y tomarse de la mano. Desafortunadamente, esto ha dado a algunos de sus asociados la impresión de que carece de compasión o le disgusta la intimidad.
También ha tenido que renovar por completo su vestuario, optando por camisetas blancas o negras para disimular las manchas de sudor. Agarrar objetos como un ratón o un volante también le ha resultado problemático, ya que se empapa de sudor. Además, tiene que tener mucho cuidado con lo que come, ya que la comida salada y picante, en particular, le provoca fuertes episodios de sudoración. Richard admite que lucha contra la soledad y el escaso éxito en su vida amorosa debido a la hiperhidrosis.
Sin embargo, Richard no se rindió. Frustrado por su condición, habló con sus médicos sobre un tratamiento. Para empezar, le recetaron un antitranspirante a base de aluminio y una crema hidratante en gel, pero no funcionaron. Solo le causaron irritación, lo que lo llevó a descartarlos por completo. Consideró el bótox como una opción, pero decidió prescindir de él por su costo y la preocupación por los efectos secundarios.
Richard se sometió entonces a un tratamiento de iontoforesis. Admite sentir algunas molestias, pero le ha dado buenos resultados. Gracias a las sesiones semanales de terapia, ha logrado reducir la sudoración hasta el punto de poder estrechar la mano o sostener el volante.
Resumió su optimismo diciendo:
Puede que esté muy lejos de llevar una vida “seca”, pero espero que mis ansiedades y mi soledad pronto tengan menos control sobre mi vida.
Conclusiones de la historia de Richard
- Es perfectamente normal que el primer tratamiento (o incluso el segundo) no funcione como esperabas.
- Las mejoras pueden llegar de forma gradual pero segura una vez que encuentre el tratamiento adecuado.
La esperanza para la hiperhidrosis está por venir
Quienes padecen hiperhidrosis a menudo sienten que su condición es una sentencia de por vida. Esto es especialmente cierto para quienes la han padecido desde la infancia. Pero lo que muchos no saben es que pasaron tanto tiempo sin tratamiento simplemente porque desconocían su condición o los tratamientos disponibles. Hablar con su médico para encontrar una solución es el primer paso para encontrar alivio, y puede cambiar su vida antes de lo que imagina.
Basándose en las historias de Jake, Wendy y Richard, se puede ver que cada persona que vive con esta condición tendrá que encontrar su propio tratamiento ideal. Es posible que tenga que experimentar con diferentes protocolos, ya sea usando antitranspirante, ropa impermeable o incluso un dispositivo mínimamente invasivo. Sin embargo, hacer el esfuerzo y dedicarle tiempo a tratar su hiperhidrosis le permitirá vivir la vida que está destinada a vivir.