“He sufrido de sudoración excesiva desde la primaria”. Es una sensación que comparten muchas personas con hiperhidrosis, ya que la afección suele comenzar en la infancia. Lamentablemente, el paciente promedio con hiperhidrosis tarda muchos años, incluso décadas, en recibir tratamiento por vergüenza o por falta de atención.
Y esto nos lleva a una realidad obvia, aunque poco conocida: cuanto antes se inicie el tratamiento, mejor será la calidad de vida en el futuro. Esta publicación se centrará en personas con familiares jóvenes con hiperhidrosis y en adultos que padecen la afección pero aún no han buscado tratamiento.
La hiperhidrosis suele comenzar temprano y el tratamiento suele comenzar tarde.
Tras leer varios subreddits, publicaciones de Facebook e historias publicadas en revistas online, descubrimos que la mayoría de quienes sufren de hiperhidrosis la padecen desde la infancia. Algunos empezaron a notar su condición desde la primaria, mientras que otros la notaron en la secundaria, tras llegar a la pubertad. Lamentablemente, los niños y adolescentes que sudan demasiado son ridiculizados por sus compañeros. A menudo se les hace conscientes de que su problema es anormal, lo cual tiene consecuencias negativas a largo plazo.
Pero a menudo, quienes la padecen tardan años en plantarse y decir "¡basta!". El tratamiento para la hiperhidrosis suele comenzar en la adultez temprana o la mediana edad, tras soportar muchos años de aislamiento, baja autoestima y vergüenza. Pero ¿por qué?
¿Por qué el retraso?
- La hiperhidrosis no se toma en serio . Quienes la padecen lidian con la desafortunada ironía de ser ridiculizados o cuestionados sobre su problema, pero sus padres e incluso los médicos pueden minimizar su gravedad. De hecho, a muchos les dicen que "se te pasará con la edad", lo cual, por supuesto, es falso e inútil.
- Las personas afectadas se centran en ocultar su afección, no en tratarla . Los pacientes más jóvenes tienden a esconderse de los demás y a evitar situaciones sociales donde la sudoración excesiva podría causarles vergüenza. Si bien esta inclinación es natural, a menudo conduce a un patrón de evasión en lugar de abordar la afección.
Muchos pacientes se enfrentan a una combinación de estos factores, lo que sólo prolonga el tiempo que lleva buscar tratamiento.
Los efectos a largo plazo del tratamiento tardío
La hiperhidrosis no tratada, especialmente cuando quien la padece se ha sentido como la excepción durante años, puede tener consecuencias traumáticas. No deben tomarse a la ligera.
Baja autoestima
Los niños y adolescentes que sufren de hiperhidrosis pueden ser objeto de burla, ridiculización o identificados como personas con un problema. Esto es traumático para los jóvenes, ya que durante sus años de formación, solo desean integrarse, no destacar (sobre todo por sudar demasiado). A medida que crecen, vivir con la idea de que los demás se sientan desanimados por un apretón de manos sudoroso u otras áreas puede hacerlos sentir menos atractivos. Esto, por supuesto, contribuye a una menor autoestima.
Malas relaciones interpersonales
Con baja autoestima, es muy probable que tanto niños como adultos con hiperhidrosis quieran aislarse. Al fin y al cabo, si sienten que los demás los juzgan por sudar demasiado, es natural que eviten ser juzgados. La manera más fácil de evitarlo es evitar situaciones sociales donde puedan ser juzgados a sus espaldas.
Repercusiones profesionales
En los adultos con hiperhidrosis, la baja autoestima y la falta de confianza pueden repercutir en su vida profesional . A menudo, sienten que un apretón de manos sudoroso o la ropa empapada de sudor los perjudicará en entrevistas, presentaciones o reuniones. Como defensa contra lo que podría parecer una crítica, pueden evitar oportunidades que les permitan demostrar su valía.
El tratamiento temprano previene daños a largo plazo a la salud mental y emocional
Las peores repercusiones de la hiperhidrosis son los efectos mentales y emocionales. Es cierto que es una molestia tener que lidiar con volantes mojados y ropa empapada. Sin embargo, lo que realmente afecta a quienes la padecen es el esfuerzo que hacen para disimular la sudoración y mantenerla bajo control.
Es agotador.
Quienes la padecen a menudo se sienten humillados, abrumados e incluso pueden experimentar ansiedad o depresión significativas. Afortunadamente, pueden evitar los peores efectos si tratan la sudoración lo antes posible con el protocolo adecuado .